Máscara del carnaval

Máscara del carnaval
con antifaz o careta,
eres ágil, pizpireta,
máscara de “me conoces”,
de esas que hay en el Palais

Máscara del carnaval
que por el Castillo bajas,
tomas un whisky en el Plaza,
otro más en el Atlántico
y subes por San José.

Y en medio de la Plaza del Príncipe,
al son de una orquesta vieja,
buscas raudo una pareja
para bailar un”fox trot”.

Máscara del carnaval,
mitad alcohol, mitad risa,
que pasas siempre deprisa,
pegando con tú abanico
y diciendo un ¿”sabes quien soy”?

Máscara del carnaval, tus bromas no se terminan, estás en cualquier esquina, en la calle o cualquier bar. Eres el brillo y la luz, de este viejo Santa Cruz que tú consigues cambiar. Te adueñas por unos días de la noche, el mediodía, la tarde, el amanecer, como queriendo volver a empatar el día siguiente y mezclarte con tu gente, “pa” lanzarte calle abajo, dando bromas a destajo y alegrando tu ciudad.

  Y saludas a Charlot, a un Cantinflas y a un Merlín, que mirando su batín, pregunta con extrañeza, si las estrellas que ve, no estarán en su cabeza producto de la cerveza o del whisky del Palais. Y arrastras en tu vaivén, todo aquello que a tu lado el destino ha colocado. Aquel tímido elegante, que con solo un antifaz, pretende ser un tunante. Y saludas a un vaquero, a un cosaco, a un enfermero y a Falcón y a Libertad, que vestidos de “pierrot” a casa “el Gallito” van, a unirse a los Fregolinos que aún les quepa algo de vino que afine bien sus gargantas, que aquí todo el mundo canta, que estamos en Carnaval.

Máscara del carnaval
que te olvidas de problemas,
conviertes en risa penas,
como pequeño homenaje
que le das a tu ciudad.

Máscara del carnaval
que devoras madrugadas
cual si no pasara nada
y renuncias al descanso
en honor de los demás.


Y al paso de los Rumberos,
tu ritmo será el primero
y das saltos y cabriolas
al pasar Ni Fu Ni Fa.

Máscara del carnaval
no te mueras, no nos dejes,
vístete miles de veces,
golpea con tu abanico
.........te lo pide tu ciudad.